Lo más lindo de la vida, son aquellas personas con las que compartís y creás momentos inolvidables: tus amigos.
Con las nuevas tecnologías, hacer fotos de cada momento es más que posible. No importa dónde estés, es casi una regla llevar el celular encima. Y claro… ¿qué celular no tiene cámara hoy en día?
Así que nos llenamos de fotos, sí. Pero las fotos digitales no están de verdad, son totalmente virtuales. A pesar de todas las fotos que hacemos ahora, nunca las “tenemos”, no de verdad.
Sí, es cierto, tenemos muchas fotos en las redes. Pero no es como un “arcón de los recuerdos” al que ir, como los viejos álbumes de fotos que revelábamos, que nos sentábamos un día a abrirlos y recordar…
Y… bueno, al mí al menos sí que me gusta esto de los arcones y baúles. Así que hace un tiempo, probé hacer un mini-fotolibro para mis amigos de la facultad, que es lo más parecido a abrir un arcón de los recuerdos y que todo esté ahí (sólo que mucho más liviano y práctico para llevar) ¿Querés ver cómo quedó?
¡Tiene dibujitos y todo!, jeje… Porque, si bien la mayoría son fotos, hubo chistes que bien podían ser graficados y merecían la pena añadirlas ahí.
Estoy segura que vos también tenés unas personitas especiales con quien amás crear momentos: con quien reís, hacés payasadas y te atrevés a la aventura.
Así que si estás pensando en hacer un regalo a tus amigos, tal vez para este 20 de julio (que no es más que una fecha comercial) o para cualquier otro momento, quiero que sepas que tenés la oportunidad de regalarles algo sorprendente y maravilloso.
No es sólo un mini fotolibro. Es regalar un tesoro mucho más grandes: regalar momentos… momentos compartidos.
Así que, ya sabés: si querés regalar un tesoro del alma a tus amigos del corazón, acá tenés una hermosa opción.
Un gran abrazo,
Gise